
Cambian tantas cosas que hay días en los que no sabes muy bien dónde estás, cual es tu época, cual es tu gente, cuales son tus virtudes y dónde están los sueños que tan firmes parecían.
Con el paso de los años aprendes a diferenciar una infinidad de situaciones y hechos que marcan tu vida sin darte a penas cuenta. Eso que considerabas tan importante pierde rápidamente todo el poder y se vuelve opaco, mustio, lejano y frío. Tus relaciones se modifican, tu forma de ser adquiere una nueva forma, tus ilusiones varían, tu naturaleza evoluciona, tus metas florecen pero tú sigues con la cabeza sobre los hombros y el corazón en la boca. Algunas veces la nostalgia llena tus horas; otras sientes una necesidad tremenda por el cambio.
Los seres humanos somos demasiado extraños para entendernos e intentar definir el tiempo que hemos vivido y el que nos queda es lo más absurdo que he hecho nunca.