miércoles, 28 de noviembre de 2012

Lobos y corderos


Supongo que esto lo hago porque soy una maniática, porque no puedo dejar cosas sin decir y todo me importa aunque sea lo más mínimo. Lo escribo para que lo sepas, claro, para decirte que aunque no me haya dado tiempo a echarte de menos porque para eso hace falta tener una empatía cualquiera, que tú y yo no hemos tenido, hay días que pienso en ti y me gustaría poder recordar algo más que un beso empapado en alcohol.

No me siento orgullosa de haber escrito unas líneas con tantas faltas de ortografía y frases incompletas a tu lado. Me equivoqué al fingir lo que no soy y hubiese preferido no empezar la partida, pero las cosas son como son y es lo que tiene vivir. No quiero que tires lo dados, ya me he acostumbrado a estar en la meta, y me alegra haber llegado sin saber en que casilla estabas tú.

Pocas personas, demasiada gentes. Suelo escucharlo a menudo.


Solo escribo palabras que no sirven para nada, es mi único regalo porque no sé hacer nada mejor. Es una pena no haberte conocido, que solo conozcas mi cama de mí. Lo único que me alivia es no haber apostado nada por ti, aunque me hubiese gustado hacerlo. Siempre lo he pensado cuando la indiferencia comienza a palparse el olvido se convierte en un sentimiento patente y evidente, es una lástima.