viernes, 17 de febrero de 2012

Tres

Existen tantos tipos de personas que ni haciendo una lista interminable conseguiríamos definirlas a todas. El egoísmo, a mi parecer, es el mal más horrible que se desarrolla en un ser aunque pueda salvarnos del abismo de caer, en ciertos casos. Todos los problemas nos parecen poco importantes salvo el nuestro, el que se sumerge en la memoria como un dichoso clavo oxidado y lleno de hebras que manchan el orificio de entrada o ,en otro punto, el de salida.
La mente humana puede ser tan débil, en ocasiones, que incluso una fortaleza aparente puede esconder un miedo mayor con el transcurso de los días. La locura nos vuelve más humanos pero termina con la razón de la convivencia y en su defecto, con nuestra supervivencia.
Me abstengo del pesimismo social , de lo establecido y la ética de las relaciones más cercanas que pueden acabar con nosotros. Somos capaces de hacer cualquier cosa pero debemos desearlo con todas nuestras fuerzas, creer en una capacidad, en un instante, una sensación. Al fin y al cabo se trata de creer, en la libertad de decisión, en cualquier persona por el simple hecho de ser persona.